Primera parte > Tratado acerca de Dios Creador > La creación del mundo > Sobre la obra del tercer día > ¿Es o no es correcto decir que la acumulación de aguas fue hecha en el tercer día?
Prima pars
Quaestio 69
Articulus 1
[31302] Iª q. 69 a. 1 arg. 1 Ad primum sic proceditur. Videtur quod aquarum congregatio non convenienter dicatur facta tertia die. Ea enim quae facta sunt prima et secunda die, verbo factionis exprimuntur, dicitur enim, dixit Deus fiat lux, et, fiat firmamentum. Sed tertia dies condividitur duabus primis. Ergo opus tertiae diei debuit exprimi verbo factionis, et non solum verbo congregationis.
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Primera parte
Cuestión 69
Artículo 1
[31302] Iª q. 69 a. 1 arg. 1
DIFICULTADES. Parece que no es correcto decir que la acumulación de aguas fue hecha el tercer día.
1. Todo lo hecho en los días primero y segundo es expresado con el verbo hacer. Se dice: Dijo Dios: Hágase la luz (Gén 1,3); Hágase el firmamento (Gén 1,6). Pero el tercer día constituye un solo bloque con los dos primeros. Por lo tanto, la obra del tercer día debió ser expresada con el verbo hacer y no sólo con el verbo acumular.
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[31303] Iª q. 69 a. 1 arg. 2 Praeterea, terra prius undique erat aquis cooperta, propter hoc enim invisibilis dicebatur. Non erat ergo aliquis locus super terram, in quo aquae congregari possent.
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[31303] Iª q. 69 a. 1 arg. 2
2. Más aún. Antes la tierra estaba cubierta de aguas y por eso era llamada invisible. Por lo tanto, no había ningún lugar sobre la tierra en el que las aguas pudieran ser acumuladas.
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[31304] Iª q. 69 a. 1 arg. 3 Praeterea, quae non sunt continuata ad invicem, non habent unum locum. Sed non omnes aquae habent ad invicem continuitatem. Ergo non sunt omnes aquae congregatae in unum locum.
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[31304] Iª q. 69 a. 1 arg. 3
3. Lo que no es continuo no ocupa un solo lugar. Pero no todas las aguas son continuas entre sí. Luego no todas las aguas están acumuladas en un lugar.
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[31305] Iª q. 69 a. 1 arg. 4 Praeterea, congregatio ad motum localem pertinet. Sed aquae naturaliter videntur fluentes, et ad mare currentes. Non ergo fuit necessarium ad hoc divinum praeceptum adhiberi.
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[31305] Iª q. 69 a. 1 arg. 4
4. La acumulación se debe al movimiento local. Pero parece que, por naturaleza, las aguas fluyen y corren hasta el mar. Por lo tanto, no fue necesario para esto un precepto divino.
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[31306] Iª q. 69 a. 1 arg. 5 Praeterea, terra etiam in principio suae creationis nominatur, cum dicitur, in principio creavit Deus caelum et terram. Inconvenienter ergo dicitur tertia die nomen terrae impositum.
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[31306] Iª q. 69 a. 1 arg. 5
5. La tierra también es nombrada al comienzo de su creación cuando se dice: En el principio creó Dios el cielo y la tierra (Gén 1,1). Por lo tanto, no es correcto decir que el nombre tierra se dio en el tercer día.
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[31307] Iª q. 69 a. 1 s. c. Sed in contrarium sufficit auctoritas Scripturae.
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[31307] Iª q. 69 a. 1 s. c.
POR OTRA PARTE, es suficiente la autoridad de la Sagrada Escritura (Gén 1,9ss.).
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[31308] Iª q. 69 a. 1 co. Respondeo dicendum quod hic oportet aliter dicere secundum expositionem Augustini, et aliorum sanctorum. Augustinus enim in omnibus his operibus non ponit durationis ordinem, sed solum originis et naturae. Dicit enim primo creatam naturam spiritualem informem, et naturam corporalem absque omni forma (quam dicit primo significari nomine terrae et aquae), non quia haec informitas formationem praecesserit tempore, sed origine tantum. Neque una formatio, secundum eum, praecessit aliam duratione; sed solum naturae ordine. Secundum quem ordinem necesse fuit ut primo poneretur formatio supremae naturae, scilicet spiritualis, per hoc quod legitur prima die lux facta.
Sicut autem spiritualis natura praeeminet corporali, ita superiora corpora praeeminent inferioribus. Unde secundo loco tangitur formatio superiorum corporum, cum dicitur, fiat firmamentum; per quod intelligitur impressio formae caelestis in materiam informem, non prius existentem tempore, sed origine tantum. Tertio vero loco ponitur impressio formarum elementarium in materiam informem, non tempore, sed origine praecedentem. Unde per hoc quod dicitur, congregentur aquae, et appareat arida, intelligitur quod materiae corporali impressa est forma substantialis aquae, per quam competit sibi talis motus; et forma substantialis terrae, per quam competit sibi sic videri.
Sed secundum alios sanctos, in his operibus etiam ordo durationis attenditur, ponunt enim quod, informitas materiae tempore praecessit formationem, et una formatio aliam. Sed informitas materiae, secundum eos, non intelligitur carentia omnis formae quia iam erat caelum et aqua et terra (quae tria nominantur tanquam manifeste sensu perceptibilia), sed intelligitur informitas materiae carentia debitae distinctionis, et consummatae cuiusdam pulchritudinis. Et secundum haec tria nomina, posuit Scriptura tres informitates. Ad caelum enim, quod est superius, pertinet informitas tenebrarum, quia ex eo est origo luminis. Informitas vero aquae, quae est media, significatur nomine abyssi, quia hoc nomen significat quandam immensitatem inordinatam aquarum, ut Augustinus dicit, contra Faustum. Informitas vero terrae tangitur in hoc quod dicitur, quod terra erat invisibilis vel inanis, per hoc quod erat aquis cooperta.
Sic igitur formatio supremi corporis facta est prima die. Et quia tempus sequitur motum caeli, tempus autem est numerus motus supremi corporis; per huiusmodi formationem facta est distinctio temporis, noctis scilicet et diei.
Secundo vero die formatum est medium corpus, scilicet aqua, per firmamentum accipiens quandam distinctionem et ordinem (ita quod sub nomine aquae etiam alia comprehenduntur, ut supra dictum est).
Tertio vero die formatum est ultimum corpus, scilicet terra, per hoc quod discooperta est aquis; et facta est distinctio in infimo, quae dicitur terrae et maris.
Unde satis congrue, sicut informitatem terrae expresserat dicens quod terra erat invisibilis vel inanis, ita eius formationem exprimit per hoc quod dicit, et appareat arida.
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[31308] Iª q. 69 a. 1 co.
RESPUESTA. Es necesario que aquí se den soluciones distintas según se siga a Agustín o a otros santos. Pues Agustín no pone en todas estas obras un orden de duración, sino sólo de origen y de naturaleza. Pues dice que primero fue creada la naturaleza espiritual informe (indicada con el nombre tierra y agua), no porque dicho estado informe precediera a la formación en el tiempo, sino sólo en el origen. Según él, tampoco una formación precede a la otra en duración, sino sólo en el orden de la naturaleza. Según este orden, fue necesario que primero se pusiera la formación de la suprema naturaleza, la espiritual, por lo cual se lee que en el primer día fue hecha la luz.
Así como la naturaleza espiritual es superior a la corporal, así también los cuerpos de allá arriba son superiores a los de aquí abajo. De ahí que, en segundo lugar, se apunte la formación de los cuerpos de allá arriba, cuando se dice: Hágase el firmamento (Gén 1,6), por el cual se entiende la impresión de la forma celeste en la materia informe, no existente con anterioridad temporal, sino sólo en el origen. En tercer lugar, se coloca la impresión de las formas elementales en la materia informe, anterior no en el tiempo, sino en el origen. Por eso, cuando se dice: Acumúlense las aguas y que se vea lo seco (Gén 1,9), hay que entender que en la impresión de la materia corporal está la forma sustancial del agua, por la cual le corresponde tal movimiento, y también la forma sustancial de la tierra, por la que le corresponde ser árida.
Pero, según otros santos, en todas estas obras está presente también el orden de duración, pues sostienen que el estado informe de la materia precede en el tiempo a la formación, y una formación precede a la otra. Pero, según ellos, el estado informe de la materia no es entendido como carencia de forma, porque ya había cielo y agua y tierra (cuyos tres nombres responden a su evidente perceptibilidad por los sentidos), sino que el estado informe de la materia es entendido como carencia de la debida diversificación y de la completa belleza de cada una. Y según estos tres nombres, la Escritura puso tres estados informes. Pues al cielo, que está arriba, pertenece el estado informe de las tinieblas, porque en el cielo se origina la luz. El estado informe del agua, que está en medio, se indica con el nombre de abismo, porque este nombre indica una cierta inmensidad descontrolada de las aguas, como observa Agustín en Contra Faustum. El estado informe de la tierra está apuntado cuando se dice que la tierra era invisible o estaba deshabitada, por estar cubierta de agua.
Así, pues, la formación del cuerpo de más arriba se hizo en el primer día. Y porque el tiempo sigue al movimiento del cielo, el tiempo es el número del movimiento del cuerpo de más arriba. Con esta formación fue hecha la diversificación del tiempo, es decir, el de la noche y el del día.
En el segundo día fue formado el cuerpo de en medio, es decir, el agua, tomando por el firmamento una determinada diversificación y orden (así como también todo lo que está comprendido en el nombre de aguas, tal como se dijo anteriormente, q.68 a.3).
En el tercer día fue formado el último cuerpo, es decir, la tierra, al quedar libre de las aguas que la cubrían. Así se hizo la diversificación en la parte más baja y que es llamada tierra y mar.
Por eso, es bastante congruente que, así como el estado informe de la tierra había sido expresado diciendo que la tierra era invisible o deshabitada, así también está expresada su formación diciendo: Y apareció seca.
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[31309] Iª q. 69 a. 1 ad 1 Ad primum ergo dicendum quod, secundum Augustinum, ideo in opere tertiae diei non utitur Scriptura verbo factionis, sicut in praecedentibus operibus, ut ostendatur quod superiores formae, scilicet spirituales Angelorum, et caelestium corporum, sunt perfectae in esse et stabiles; formae vero inferiorum corporum sunt imperfectae et mobiles. Et ideo per congregationem aquarum et apparentiam aridae, impressio talium formarum designatur, aqua enim est labiliter fluxa, terra stabiliter fixa, ut ipse dicit in II super Gen. ad Litt. Secundum vero alios, dicendum est quod opus tertiae diei est perfectum secundum solum motum localem. Et ideo non oportuit quod Scriptura uteretur verbo factionis.
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[31309] Iª q. 69 a. 1 ad 1
SOLUCIONES 1. Según Agustín, en la obra del tercer día la Escritura no utiliza como en los días anteriores el verbo hacer, para demostrar que las formas superiores, es decir, las formas espirituales de los ángeles y las de los cuerpos celestes son perfectas y estables en su ser, pero las formas de los cuerpos de aquí abajo son imperfectas y mutables. Así, con la acumulación de las aguas y la aparición de lo seco, se indica la impresión de tales formas; pues el agua es inconsistentemente fluida, la tierra firmemente estable, como dice él mismo en II Super Gen. ad litt.. Según otros, la obra del tercer día es perfecta sólo en cuanto al movimiento local. Y, así, no fue necesario que la Escritura usara el verbo hacer.
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[31310] Iª q. 69 a. 1 ad 2 Ad secundum patet solutio secundum Augustinum, quia non oportet dicere quod terra primo esset cooperta aquis, et postmodum sint aquae congregatae; sed quod in tali congregatione fuerunt productae. Secundum vero alios, tripliciter respondetur, ut Augustinus dicit, I super Gen. ad Litt. Uno modo, ut aquae in maiorem altitudinem sint elevatae in loco ubi sunt congregatae. Nam mare esse altius terra experimento compertum est in mari rubro, ut Basilius dicit. Secundo, ut dicatur quod rarior aqua velut nebula, terras tegebat, quae congregatione densata est. Tertio modo, ut dicatur quod terra potuit aliquas partes praebere concavas, quibus confluentes aquae reciperentur. Inter quas prima videtur probabilior.
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[31310] Iª q. 69 a. 1 ad 2
2. La respuesta viene dada por Agustín: Porque no es necesario decir que la tierra primero estaba cubierta de aguas y después las aguas fueron acumuladas. Sino que fueron producidas en tal acumulación. Según otros, y como observa el mismo Agustín en I Super Gen. ad litt., la respuesta es triple. 1) Una, que las aguas son elevadas a un lugar más alto en el que son acumuladas. Pues que el mar es más alto que la tierra se comprobó experimentalmente en el mar Rojo, como dice Basilio. 2) Dos, que se diga que el agua vaporizada, como la niebla, cubría las tierras, densificándose con la acumulación. 3) Tres, que se diga que la tierra pudo tener algunas partes cóncavas en las cuales desembocaron las aguas. De estas tres respuestas, la primera es la más probable.
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[31311] Iª q. 69 a. 1 ad 3 Ad tertium dicendum quod omnes aquae unum terminum habent, scilicet mare, in quod confluunt vel manifestis vel occultis meatibus. Et propter hoc dicuntur aquae congregari in unum locum. Vel dicit unum locum, non simpliciter, sed per comparationem ad locum terrae siccae; ut sit sensus, congregentur aquae in unum locum, idest, seorsum a terra sicca. Nam ad designandam pluralitatem locorum aquae, subdit quod congregationes aquarum appellavit maria.
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[31311] Iª q. 69 a. 1 ad 3
3. Todas las aguas tienen un destino, el mar, en el que confluyen a través de caminos visibles u ocultos. Por eso se dice que las aguas se acumulan en un lugar. O se dice un lugar, no en cuanto tal, sino por comparación al lugar de la tierra seca. Cuyo sentido es: Se acumulen las aguas en un lugar, esto es, fuera de la tierra seca. Pues para indicar la pluralidad de lugares de agua, añade: Las acumulaciones de agua las llamó mares.
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[31312] Iª q. 69 a. 1 ad 4 Ad quartum dicendum quod iussio Dei naturalem motum corporibus praebet. Unde dicitur quod suis naturalibus motibus faciunt verbum eius. Vel potest dici quod naturale esset quod aqua undique esset circa terram, sicut aer undique est circa aquam et terram; sed propter necessitatem finis, ut scilicet animalia et plantae essent super terram, oportuit quod aliqua pars terrae esset discooperta aquis. Quod quidem aliqui philosophi attribuunt actioni solis, per elevationem vaporum desiccantis terram. Sed sacra Scriptura attribuit hoc potestati divinae, non solum in Genesi, sed etiam in Iob XXXVIII, ubi ex persona domini dicitur, circumdedi mare terminis meis; et Ierem. V, me ergo non timebitis, ait dominus, qui posui arenam terminum mari?
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[31312] Iª q. 69 a. 1 ad 4
4. El mandato de Dios da a los cuerpos el movimiento natural. Por eso se dice (Sal 148,8) que con sus movimientos naturales cumplen su palabra. O puede decirse que sería natural que el agua se extendiese por doquier alrededor de la tierra, como está el aire alrededor del agua y de la tierra. Pero, por necesidad del fin, es decir, para que sobre la tierra hubiera animales y plantas, fue necesario que una parte de la tierra se viera libre de aguas. Esto algunos filósofos lo atribuyen a la acción del sol, por los vapores que secan la tierra. Pero la Sagrada Escritura atribuye esto al poder divino, no sólo en el Génesis sino también en Job 38,10, donde de la persona del Señor se dice: Rodeé el mar poniéndole límites. Y en Jer 5,22: Dice el Señor: ¿No me temeréis a Mi que con la arena delimité el mar?
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[31313] Iª q. 69 a. 1 ad 5 Ad quintum dicendum quod, secundum Augustinum, per terram de qua primo fiebat mentio, intelligitur materia prima, nunc autem intelligitur ipsum elementum terrae. Vel potest dici, secundum Basilium, quod primo nominabatur terra secundum naturam suam, nunc autem nominatur ex sua principali proprietate, quae est siccitas. Unde dicitur quod vocavit aridam, terram. Vel potest dici, secundum Rabbi Moysen, quod ubicumque dicitur vocavit, significatur aequivocatio nominis. Unde prius dictum est quod vocavit lucem, diem, propter hoc quod etiam dies vocatur spatium vigintiquatuor horarum, secundum quod ibidem dicitur, factum est vespere et mane dies unus. Similiter dicitur quod firmamentum, idest aerem, vocavit caelum, quia etiam caelum dicitur quod est primo creatum. Similiter etiam dicitur hic quod aridam, idest illam partem quae est discooperta aquis, vocavit terram, prout distinguitur contra mare, quamvis communi nomine terra vocetur, sive sit aquis cooperta, sive discooperta.
Intelligitur autem ubique per hoc quod dicitur vocavit, idest, dedit naturam vel proprietatem ut possit sic vocari.
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[31313] Iª q. 69 a. 1 ad 5
5. Según Agustín, por tierra, de la que se hablaba antes, se entiende la materia prima. Ahora se entiende el mismo elemento de la tierra. O puede decirse, según Basilio, que antes se llamaba a la tierra por su naturaleza, y ahora se la llama por su principal propiedad, la aridez. Por eso se dice: A la parte árida la llamó tierra. O puede decirse, según Rabí Moisés, que siempre que se dice llamó, se indica un nombre equívoco. Por eso, antes se ha dicho que llamó a la luz día, porque también se llama día al espacio de veinticuatro horas, al decir: El día primero se hizo la tarde y la mañana. Igualmente, se dice que al firmamento, esto es, al aire, lo llamó cielo, porque también se llama cielo a lo primero que fue creado. Igualmente aquí se dice que seca, esto es, aquella parte libre de aguas, la llamó tierra, en cuanto que se distingue del mar, aun cuando con el nombre tierra en general se indica tanto la parte cubierta de agua como la libre de aguas.
Siempre que se dice llamó hay que entender: Dio la naturaleza o la propiedad para que pueda ser llamada así.
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