(TORREL, Jean-Pierre, Amico della Verità, ESD, Bologna 2017, 316-321)
Esta panorámica, para ser completa, todavía tiene que mencionar las Disputas Quodlibetales que se agregan a las Disputas ordinarias. Esta actividad académica tan característica de la universidad medieval, ha sido objeto de numerosos estudios y, aunque no ha revelado todos sus secretos, hoy es muy conocida. Se sabe que estas disputas se llevaban a cabo dos veces al año, durante la Cuaresma y el Adviento (por lo general dicen Pascua y Navidad, pero eso es solo por conveniencia), y se desarrollaban en dos sesiones. En la primera, como indica el nombre de la pregunta, los presentes, ya fueran profesores o estudiantes o simplemente curiosos, podían plantear todo tipo de preguntas: de quolibet ad voluntatem cuiuslibet. Normalmente, el profesor dejaba que el bachiller responda, e intervenía solo si este último tenía dificultades. Él se reservaba el derecho a presentar su magistral determinación en la segunda sesión que se celebraba al día siguiente o unos días después.
Esta actividad, reservada a los maestros, no era, sin embargo, una obligación para ellos. Si bien es una exageración decir que solo los grandes maestros se atrevieron a dedicarse a esta insidiosa actividad académica, es cierto que no todos se dedicaron a ella, pero también se sabe que algunos, como Enrique de Gante, Godofredo de Fontaines, Juan de Pouilly y otros, lo practicaron de buen grado y lo consideraron una forma privilegiada de enseñanza. El campeón indiscutible de las disputas es Gerardo de Abbeville, el maestro laico, rival de Tomás de Aquino, a quien ya mencionamos, y de quien conocemos veinte Quodlibeti. Si, por un lado, la libertad de expresión era real, como se puede ver al leer la lista de temas propuestos, por otro lado, el ejercicio no fue fruto de la pura esponataneidad: incluso el profesor podría proponer algunas preguntas y hacer intervenir a figuras secundarias como el bachiller o los estudiantes. Puede que se haya negado a responder a una determinada pregunta si la consideraba frívola o fuera de lugar, pero era seguro que si se negaba con demasiada frecuencia esto habría perjudicado su reputación.
Si la posibilidad de tratar todos los temas era muy real, esto no significaba que el tema fuera cualquiera: esto es muy claro según un estudio de Kevin White. Él encontró que el 90% de los 264 artículos quodlibetales de Santo Tomás tienen su paralelo en sus otras obras: otra forma de decir que estos temas habían sido considerados dignos de ser juzgados por un maestro. Agregamos que no era raro que un autor repitiera los mismos temas que otro y también parece que una de las razones de la rápida desaparición de este género literario fue precisamente este aspecto repetitivo, acentuado aún más por los numerosos paralelismos entre los Quodlibeti de un autor y su Comentario a las Sentencias -como lo es para Tomás- junto con los riesgos de un texto que nace oralmente y que luego es revisado más o menos cuidadosamente por el maestro.
Considerada con un estilo propio, la literatura quodlibetal está fuertemente arraigada en la actualidad universitaria. Ya lo hemos notado con respecto a la controversia entre maestros mendicantes y seculares, así como la controversia entre Tomás y los franciscanos sobre la unicidad o pluralidad de formas sustanciales: pero estos son solo dos temas entre muchos. También hay algunas preguntas más sencillas que nos permiten vislumbrar los intereses más inmediatos de las personas presentes. Esta audiencia, compuesta en su mayoría por clérigos, revela su preocupación pastoral en temas de moralidad personal o social y económica. Así, en él se refleja toda la vida de una época junto con la de la Universidad, y esto la convierte en un tema de estudio fascinante.
No podríamos enumerar aquí todos los temas tratados por Tomás en estas discusiones públicas sin arriesgarnos a cansar al lector (son 260, esto significa una media de más de 20 por cada sesión), pero hay que saber que si los temas de la alta especulación están bien representados, los problemas prácticos tampoco faltan. Boyle ha compilado una lista muy ilustrativa y ha demostrado que es gracias a estos argumentos morales que el Quodlibeti de Tomás ha despertado un interés completamente inesperado, mucho más allá del pequeño círculo de sus oyentes.
De hecho, encontramos que entre los estudiantes de esta segunda enseñanza parisina estaba Juan de Friburgo, a quien ya hemos mencionado como divulgador de la Secunda Pars. Cuando redactó su Summa Confessorum en 1298, John se basó en gran medida en las enseñanzas de su antiguo maestro e insertó sobre todo una serie de veintidós cuestiones de moralidad práctica que se derivan directamente de estas disputas quodlibetales, cada una de las cuales debidamente introducida por la misma fórmula: secundum Thomam in quadam questione de quodlibet. Precisamente por esta vía indirecta se difundieron más las ideas de Tomás, porque la obra del discípulo era mucho más popular que la del maestro.
En cuanto a las fechas, tras las primeras incertidumbres, los investigadores coinciden en dividir los Quodlibeti en dos grupos correspondientes a los dos períodos docentes parisinos: los Quodlibeti VII-XI pertenecen al primer período; mientras que el Quodlibeti I-VI y XII (la reportatio de este último no ha sido revisada por Tomás) pertenecen a este último. Aparte de esta imagen general, todavía hay muchas divergencias entre los estudiosos al datar esta o aquella discusión en Navidad o Pascua de un año determinado.
Salvo descubrimientos espectaculares, podemos decir que la edición crítica elaborada por Gauthier y aparecida en 1996, ha puesto el punto final a esta investigación. La siguiente tabla recoge las principales posiciones anteriores que pueden ser comparadas con el resultado final.
Fechas de los Quodlibeti
Nos inspiramos en la tabla elaborada por Boyle, a la que sumamos las propuestas de Gauthier.
Estas son las abreviaturas utilizadas: P = Pascua (en realidad Cuaresma anterior); N = Navidad (en realidad Adviento anterior). Los títulos completos de los estudios mencionados se pueden encontrar en nuestra bibliografía:
- Mandonnet 1 = Manndonnet, Siger,t. 1,1991, pp. 85-87.
- Mandonnet 2 = Mandonnet, Chronologie sommaire,p. 148.
- Destrez = Destrez, Les Disputes, p. 151.
- Synave 1 = Synave, recensito da Destrez, in BT 1 (1924), [32] -[50].
- Glorieux 1 = Glorieux, Littérature,I, pp. 276-290.
- Mandonnet 3 = Mandonnet, S. Thomas créateur de la dispute.
- Synave 2 = P. Synave, L’ordre des QuodlihetsVII à XI.
- Pelster 1 = E Pelster, Beitrdge zur Chronologie.
- Glorieux 2 = Glorieux, Littérature, II, p. 272.
- Van Steenberghen = F. Van Steenberghen, Siger,II, p. 541.
- Glorieux 3 = Glorieux, Les Quodlihets VII-XI.
- Pelster 2 = Pelster, Literarische Probleme.
- Isaac = Isaac, recensito da Pelster 2, BT 8 (1947-1953), 169-172.
- Marc = Introductio, Summa contra Gentiles,I, p. 412.
- Weisheipl = A. Weisheipl, Friar Thomas, p. 367.
- Gauthier = A. Gauthier, Préface, Leon., t. 25.
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