CAPÍTULO XXXVI
De qué modo forma nuestro entendimiento las proposiciones acerca de Dios
Se ve, como consecuencia ulterior de lo expuesto, que, aunque Dios sea absolutamente simple, nuestro entendimiento no elabora inútilmente sus juicios de composición y de división sobre la simplicidad divina.
Pues, aunque el entendimiento humano llegue al conocimiento de Dios mediante diversas concepciones, como se dijo, entiende, no obstante, que cuanto corresponde a las mismas se resuelve en la unidad absoluta; porque el entendimiento no atribuye a las cosas entendidas su modo peculiar de entenderlas, como no atribuye a la piedra la inmaterialidad, aunque inmaterialmente la conozca. Y por eso expone la unidad de una cosa mediante una composición verbal, que es signo de identidad, al decir “Dios es bueno” o “es la bondad”; de modo que, si hay diversidad en la composición, se ha de atribuir al entendimiento mientras que la unidad se atribuirá a la cosa entendida. Y éste es el motivo de que alguna vez nuestro entendimiento formule una proposición sobre Dios incluyendo alguna nota de diversidad, como al decir “la bondad está en Dios”; porque con esto se indica una diversidad, que pertenece al entendimiento, y una unidad, que es preciso referir al objeto.
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