CAPÍTULO XXI: Crear es exclusivo de Dios

CAPÍTULO XXI

Crear es exclusivo de Dios

Por lo que acabamos de decir, también se puede demostrar, además, que la creación es acción propia de Dios y que sólo Él puede crear.

Como el orden de las acciones corresponde al orden de agentes -pues la acción más noble pertenece al agente más noble-, es preciso que la primera acción sea propia del agente primero. Mas la creación es la acción primera, pues no presupone otra y, sin embargo, todas las demás la presuponen. Luego la creación es la acción propia y exclusiva de Dios, que es el primer agente.

Se demostró que Dios crea las cosas con esta razón: porque nada existe, excepto El mismo, que no sea causado por Él. Y esto a ningún otro puede convenir, pues sólo Él es la causa universal del ser. Luego sólo a Dios le compete la creación como acción propia y exclusiva.

Los efectos guardan proporción con sus causas, de manera que los efectos actuales los podamos atribuir a causas actuales, y los efectos en potencia a causas en potencia; y del mismo modo, los efectos particulares a causas particulares, y los universales a universales, según enseña el Filósofo en el libro II de los “Físicos”. Pero el ser es el primer causado, como consta por razón de su universalidad. Luego la causa propia del ser es el agente primero y universal, el cual es Dios. Los demás agentes no son causa del ser total, sino causas de un ser determinado, como de ser hombre o de ser blanco. De manera que el ser total es causado por creación, la cual no presupone nada, porque no puede prexistir nada que esté fuera del ser total; mientras que por las demás clases de acciones se hace tal o cual ser, porque de un ser preexistente se hace este o el otro ser. Luego la creación es una acción propia de Dios.

Todo lo que es producido dentro de una categoría de ser no puede ser causa primera de aquella categoría, sino solamente segunda e instrumental. Efectivamente: al tener Sócrates causada su humanidad, no puede ser causa primera de la humanidad, porque, siendo su humanidad causada por otro, se seguiría que era causa de sí mismo, siendo así que él es algo que debe su existencia a la humanidad. Y, por esta razón, la causa productora unívoca es como un agente instrumental respecto a la causa primera de toda la especie. Por eso es preciso reducir todas las causas agentes inferiores a las causas superiores, como las instrumentales a las principales. Pues bien, toda otra substancia, excepto Dios, tiene el ser causado por otro, como ce probó anteriormente (c. 15). Luego es imposible que sea causa del ser, si no es como instrumental, que obra en virtud de otro. Ahora bien, nunca se echa mano de un instrumento si no es para causar algo por medio del movimiento, pues la esencia del instrumento es ser moviente movido, y la creación no es movimiento, según se ha demostrado (c. 17). En consecuencia, ninguna substancia, excepto Dios, puede crear algo.

Se hace uso del instrumento por su conformidad con lo causado, para que sea medio entre la causa principal y el efecto y enlace a ambos, y de este modo la influencia de la primera llegue al efecto a través del instrumento. Y por esto es preciso que, en lo causado por el instrumento, haya quien reciba la influencia de la causa primera, cosa que va contra la noción de la creación, pues ésta nada presupone. Luego, en conclusión, nadie más que Dios puede crear, ni como agente principal ni como instrumento.

Todo agente instrumental ejecuta la acción del agente principal por alguna acción que le es propia y connatural, así como el calor natural produce la carne por la disolución y la digestión, y la sierra coopera cortando a hacer el escaño. Luego, supuesto que alguna criatura cooperase a la creación como instrumento del primer creador, sería preciso que verificase esto por alguna acción debida a su naturaleza y propia de ella. Ahora bien, el efecto correspondiente a la acción propia del instrumento es anterior, en el orden de generación, al efecto correspondiente al agente principal; de lo que resulta que el último fin corresponde al primer agente, pues antes es cortar el leño que darle forma de escaño y antes es la digestión de la comida que su conversión en carne. Por tanto, será preciso que haya algún efecto de la acción propia del creador instrumental que sea anterior, en el orden de la generación, al ser que es efecto correspondiente a la acción del creador principal. Mas esto es imposible, pues cuanto algo es más común, tanto es anterior en el orden de la generación, como en la generación del hombre antes es el animal que el hombre, al decir del Filósofo en el libro “De la generación de los animales”. Es imposible, por consiguiente, que alguna criatura cree ni como agente principal ni como instrumental.

Lo causado en una naturaleza determinada no puede ser causa total de dicha naturaleza, porque seria causa de sí mismo; puede, no obstante, ser causa de tal naturaleza en algo determinado; por ejemplo, Platón es causa de la naturaleza humana en Sócrates, pero no en absoluto, porque también él es causado en la naturaleza humana. Ahora bien, ser causa de alguien en una naturaleza determinada es atribuir a algo específico e individualizado la naturaleza común. Lo cual no puede darse en la creación, que no presupone sujeto alguno a quien pueda atribuírsele algo por tal acción. Luego es imposible que un ser creado sea creador de otro.

Puesto que todo agente obra en cuanto está en acto, es razonable que el modo de la acción corresponda al modo del acto de la cosa misma; y así, entre lo cálido, lo que tiene más calor más calienta. Luego cuando el acto de algo es determinadamente genérico, específico o accidental, es necesario que su virtualidad esté determinada a efectos semejantes al agente en cuanto tal, puesto que todo agente produce algo semejante a él. Ahora bien, ningún ser determinado puede ser semejante a otro del mismo género o especie sino por razón de género o especie, porque las cosas se distinguen entre sí por aquello mismo que las hace ser tales. En consecuencia, nada finito puede ser causa de otro por su acción, si no es confiriéndole el género y la especie, y nunca lo que le hace subsistir como distinto de los demás. Luego la acción de todo agente finito presupone aquello por lo que el ser causado por ella subsiste individualmente. Por lo tanto, dicho agente no crea, pues esto es exclusivo del agente infinito, que encierra en sí las semejanzas de todos los seres, como ya se demostró.

Puesto que la finalidad primordial de todo cuanto se hace es la existencia, cuando decimos que se hace algo que antes ya existía, es lógico pensar que no se hace propiamente, sino accidentalmente, pues propiamente se hace lo que antes no existía; v. gr.: si del color blanco se hace un color negro, ciertamente se hace lo “negro” y un “color”, pero lo negro propiamente, porque se hace de lo no‑negro, y el color accidentalmente, porque antes ya existía el color. Así, pues, cuando se hace algún ser, como un hombre o una piedra, el hombre, ciertamente, se hace propiamente, porque se hace del no‑hombre, y el ser accidentalmente, porque no se le hace del no‑ser absoluto, sino de este no‑ser, según dice el Filósofo en el libro I de los “Físicos”. Mas cuando se hace algo del no‑ser absoluto, entonces se hace propiamente el ser. Pero en tal caso es necesario que sea hecho por aquel que es causa del ser en cuanto tal, porque los efectos se reducen proporcionalmente a sus causas. Ahora bien, la causa del ser en cuanto tal es solamente el ser primero; los demás son causas del ser accidentalmente y sólo propias de uno determinado. Y como producir el ser sin sacarlo de ser alguno preexistente es crear, de sólo Dios es propio crear.

La autoridad de la Sagrada Escritura confirma esta vendad cuando dice que Dios lo creó todo: “Al principio creó Dios el cielo y la tierra”. -El Damasceno dice también en su libro: “Pero todos los que dicen que los ángeles son los creadores de cualquier substancia, todos ellos tienen por padre al diablo, pues las criaturas existentes no son creadoras”.

Con esto se refuta también el error de ciertos filósofos, que dijeron que Dios creó la primera substancia separada y ella creó la segunda, y así ordenadamente hasta la última.

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