CAPÍTULO LXXXVIII: Del sexo y edad de los resucitados

CAPÍTULO LXXXVIII

Del sexo y edad de los resucitados

No se debe pensar que en los cuerpos de los resucitados falte el sexo femenino, como algunos creyeron. Porque, como por la resurrección hayan de ser reparados los defectos de la naturaleza, no se quitará a los cuerpos de los resucitados nada de cuanto pertenece a la perfección de la misma. Pero, así como dos restantes miembros del cuerpo pertenecen a la integridad del mismo, así también pertenecen los que sirven para la generación, tanto en los varones como en las mujeres. Luego resucitarán estos miembros en unos y en otras.

Y no se opone a esto el que no se hará uso de estos miembros, como se demostró antes (c. 83). Porque, si por esta razón no estuvieran dichos miembros en los resucitados, por la misma tampoco deberían estar en ellos cuantos miembros sirven para la nutrición, porque después de resucitar tampoco se hará uso de la comida. De ser así, faltaría al cuerpo del resucitado la mayor parte de sus miembros. Luego existirán todos estos miembros, aun cuando no se haga uso de los mismos, para restablecer la integridad natural del cuerpo. De ahí que no existirán en vano.

Igualmente, la debilidad del sexo femenino tampoco se opone a la perfección de los resucitados. Pues no es una debilidad ocasionada por desvío de la naturaleza, sino intentada por ella misma. Incluso esta misma distinción existente en la naturaleza humana demuestra su perfección y, a la vez, la sabiduría divina, que todo lo dispone con cierto orden.

Ni tampoco obliga a ello la frase del Apóstol, que dice: “Hasta que todos alcancemos la unidad de la fe y el conocimiento de Dios, cual varones perfectos a la medida de la plenitud de Cristo”. Pues esto no se ha dicho porque cada uno en aquel encuentro, en que los resucitados irán “al encuentro del Señor en los aires”, haya de tener sexo masculino, sino para designar la perfección y fortaleza de la Iglesia. Pues toda la Iglesia será como un varón perfecto que corre al encuentro de Cristo, según vemos por lo que dice antes y por lo que sigue.

Mas es conveniente que todos resuciten en la edad de Cristo, que es la edad juvenil, por el estado de perfección que tiene la naturaleza en esa edad. Porque la edad pueril todavía no ha conseguido la perfección natural mediante el crecimiento, y la edad senil ya se ha alejado de ella por el desgaste.

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Comments 1

  1. Al parecer hay en este parrafo un erro. Aquí donde dice “Pero, así como dos restantes miembros del cuerpo pertenecen a la integridad del mismo”
    creo que debería decir “Pero, así como los restantes miembros del cuerpo pertenecen a la integridad del mismo”, así también pertenecen los que sirven para la generación, tanto en los varones como en las mujeres. Luego resucitarán estos miembros en unos y en otras.

    Se debe cambiar dos por los así sí es congruente.

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