5 juicios de la obra de Heidegger por el P. Cornelio Fabro

El filósofo alemán ha sido, sin lugar a duda, uno de los filósofos más influyentes del siglo pasado. En su filosofía denuncia el “olvido del ser” como clave de la crisis de la filosofía occidental. El padre Cornelio Fabro, que estudió en profundidad su obra, hace una valoración de las tesis metafísicas del autor. Presentamos esta síntesis de 5 juicios que hace Fabro tomados del capítulo “Dall’ente di Aristotele all’esse di san Tommaso“.

Agradecemos al seminarista Motiejus Krutulis quien hizo esta sintesis y la selección de textos.


FABRO, C., “Dall’ente di Aristotele all’esse di san Tommaso” en Tomismo e pensiero moderno, Pontificia Università Lateranense, Roma 1969, pp. 81-102.

1. Heidegger expresa bien el problema de la crisis de la filosofía occidental que tiene su fundamento en la metafísica.

“Pero nada, mejor que la investigación de Heidegger, puede recordar hoy el replanteamiento de la originalidad especulativa aún oculta del esse tomista en el desarrollo del pensamiento”.[1]

Se puede coincidir con Heidegger en 5 puntos:

  1. La intención de Heidegger de ir al fondo de la crisis de la filosofía contemporánea
  2. El deber de “fundar” el conocer en el ser como “presencia de ser”.
  3. La necesidad de situar el “ser mismo” y la “diferencia” entre el ente y el ser en el centro de la metafísica
  4. Tenemos que dar el “paso atrás” desde la metafísica hacia la esencia de la metafísica.
  5. Se ha perdido el sentido del problema de Dios porque se ha perdido el sentido de la verdad del ser. El ateismo moderno es la consecuencia inevitable del subjetivismo

2. Heidegger dice que todos antes que él han entendido mal lo que es el ser.

“La desviación fundamental en la historia del pensamiento no es, pues, la de haber reducido el pensamiento al ser como el idealismo reclama contra el realismo, ni la de haber reducido el ser al pensamiento como el idealismo reprocha al realismo, sino la del mismo ‘olvido del ser’. “[2]

“La verdad del ser se reduce a su derivado, a la ‘entidad del ente’ (Seiendhcit des Seienden) en cuanto es considerada como concepto. De este modo, la ‘verdad del ser’ se concibe propiamente como una ‘relación’, es decir, como una ‘conformidad’ entre la síntesis del saber y la síntesis del ser: esta incomprensión ha sido fatal para todo el pensamiento y la civilización occidentales”.[3]

3. Pero, según Fabro, Heidegger también se equivoca y cae en el mismo error.

“Sin embargo, el malentendido parece estar por parte de Heidegger que termina exactamente, él también, en la estela del ‘olvido del ser’ del pensamiento moderno”.[4]

“Por lo tanto, debe reconocerse que la crítica de Heidegger a la oposición tradicional de ser-no ser, de ser-devenir, sostenida por Parménides, Platón y la tradición metafísica occidental, no tiene fundamento válido en el estudio de los textos”.[5]

“Heidegger plegó el ser sobre la conciencia y así lo limitó”.[6]

4. Santo Tomás, en cambio, ha entendido bien el ser.

“La nuestra no es una respuesta completa a las exigencias heideggerianas, sino más bien un proyecto y una orientación para señalar en ellas -según nuestra humilde opinión- un ‘olvido de ser’ igualmente determinantes para el desarrollo del pensamiento cristiano, y con él del pensamiento occidental, es decir, el olvido del ser tomista y, por consiguiente, de la auténtica diferencia (distinción) del ser del ente, que Santo Tomás sitúa como fundamento de la distinción metafísica de la criatura del creador. La posición de Santo Tomás no se ve afectada, ni puede verse involucrada, en el destino señalado por Heidegger: en efecto, fue el primero, y hasta ahora el único, en poner el ser como acto emergente y, por tanto, como fundamento”.[7]

5. Sin embargo, el pensamiento de Santo Tomás ha sido malinterpretado por los autores posteriores.

“Pero Santo Tomás, y él es el único que yo sepa, no habla de essentia y existentia: la terminología de esse essentiae y esse existentiae, mencionada por Heidegger, es una desviación de sus discípulos que después de Egidio Romano la tomaron del principal oponente de la posición tomista, Enrique de Gante. Santo Tomás, en cambio, siempre habla de la composición (y distinción) de quod est y esse, de forma y esse , de essentia y esse …”.[8]

[1] Página 102

[2] Página 82

[3] Página 82

[4] Página 87

[5] Página 93

[6] Página 102

[7] Página 86

[8] Página 101

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