Obras completas, vol. 39 (ed. P. Dr. Marcelo Lattanzio).
Este volumen recoge las ciento trece entradas escritas por Cornelio Fabro para la Enciclopedia Cattolica, propiedad artística y literaria del Ente per l’Enciclopedia Cattolica e per il Libro Cattolico de la Ciudad del Vaticano, cuya parte editorial estuvo a cargo de la Casa Editrice Sansoni (Florencia), y se publicó en 12 volúmenes entre 1948 y 1954.
Presentación del P. Gianluca Trombini – Director del proyecto cultural Cornelio Fabro
Tras la publicación de los seis primeros volúmenes de la Enciclopedia Católica en 1951, ilustrando la finalidad y el progreso de la obra, Fabro escribió:
«El fin primordial de la acción de la Iglesia es la difusión de la verdad divina y el cumplimiento de la caridad, no la satisfacción de la curiosidad erudita; y cuando la Iglesia se dirige a la ciencia y a la cultura, lo hace en función de la defensa de esa misión esencial suya. Desde la escuela alejandrina, por dar un primer ejemplo de grandes proporciones, la Iglesia se ha acercado a la cultura y ha mostrado que las aspiraciones del hombre encuentran en Cristo la única y plena realización, y que todos los movimientos religiosos, sociales, filosóficos e incluso artísticos de la conciencia humana a lo largo de los siglos conducen a Cristo. He aquí el núcleo de lo que entre finales del siglo XVIII y principios del XIX se llamaría la “Enciclopedia” o educación completa del espíritu humano. Tal educación, reivindicada por la Ilustración y el laicismo revolucionario, prometía a la humanidad la liberación total de la trascendencia, la pretendida liberación de la moral positiva y de las promesas, así como de las sanciones de la vida futura: en filosofía, la ambición de la “Enciclopedia” impulsó a un pensador de la potencia de Hegel a elaborar una “Suma de las ciencias filosóficas” que alimentara la vana pretensión de cerrar en la inmanencia el ritmo completo de la historia humana. Pero el pensamiento moderno […] no ha cumplido sus promesas; […]. Frente a esta constatación y al peligro que representa para la humanidad el humo de una cultura orientada sobre la finitud y la inmanencia, se ha abierto paso, incluso en el campo católico, la idea de la Enciclopedia»[1].
Esta es la tarea de la Enciclopedia Católica: «representa la realización más impresionante de otras iniciativas particulares que han aparecido aquí y allá a lo largo de las dos últimas décadas. La protección directa otorgada por la suprema autoridad eclesiástica, la garantía técnica asumida por uno de los consorcios editoriales italianos más sólidos que es la Casa Sansoni de Florencia, una compleja redacción que se ocupa de las ramas más importantes del saber, son factores que tranquilizan el resultado definitivo de la ardua empresa»[2].
Un poco más adelante, refiriéndose a la necesidad del trabajo y a la responsabilidad de la Iglesia en la realización de una obra de cultura como ésta, afirmaba:
«No es fácil para el profano darse cuenta del inmenso trabajo que supone una obra de tales proporciones y de tanta responsabilidad, sobre todo en lo que se refiere a la coordinación de las entradas, a las comparaciones, a las verificaciones, a la uniformidad de la edición: antes de que el volumen aparezca en público debe ser filtrado y casi macerado por un colegio de hombres de férrea voluntad y heroica dedicación que merecen gratitud incondicional.
Las nuevas exigencias de la vida de la Iglesia, la difusión desenfrenada de una cultura laica, tan hueca como hábil y equipada para apoderarse del tiempo y de la convicción del hombre moderno y para alejar de la fe a las masas y a la burguesía, colocan al clero italiano ante responsabilidades culturales que ya no se pueden ignorar.
Nuestra Enciclopedia os satisface casi siempre por la solidez y claridad de sus respuestas en el clima de un nuevo sentido del apostolado del saber que no parecía muy activo entre nosotros y que aquí en cambio se presenta con la certeza de un renacimiento»[3].
De las ciento trece entradas que el P. Fabro escribió para la Enciclopedia Católica, diez de ellas fueron escritas sólo parcialmente por él; hemos incluido en el cuerpo del volumen sólo la parte escrita por nuestro autor y, para ofrecer al lector cada entrada completa, hemos decidido incluir en las notas al texto las partes restantes escritas por otros autores. En el índice general del volumen, encontrará algunos títulos, entre corchetes, que remiten a las páginas de las notas al texto donde se encuentran las secciones de las entradas, escritas por otros autores, que no están presentes en el cuerpo del volumen.
El lector observará que el texto de las entradas varía a veces de tamaño; se ha decidido seguir en esto el mismo estilo de la Enciclopedia Católica.
P. Gianluca Trombini, IVE
4 de mayo de 2023
[1] C. Fabro, “L’enciclopedia cattolica”, en Il Ragguaglio (1950-1951), Istituto di propaganda libraria – Milán, pp. 307-308.
[2] Ibidem, p. 309.
[3] Ibidem, p. 311-312.
Si encuentras un error, por favor selecciona el texto y pulsa Shift + Enter o haz click aquí para informarnos.
Comments 2
Està hecho: es el de arriba.
Les dejo mi inquietud y necesidad: desde el año 2000, me reiniciè en Filosofìa Realista, o Aristotèlica Tomista y mi necesidad de definciones sustantivas sobre ùnicamente esta filosofìa y a pesar de mis esfuerzos, quedè con mis alaridos en plena orfandad como estudiante: el estudio anterior con gran velocidad me acostumbraron a interpretar a mi modo y segùn mi necedad poètica, a incursionar en griego y latìn para afianzar SIGNIFICADOS SUSTANTIVOS, PERO FRUTO DE MI INTERPRETACIÒN: esto fuè un error pues mis encrucijadas, contradicciones y dilemas, sin definiciones de “acero” que luego investigarìa, su procedencia, me vencieron màs mi falta de tiempo. Y hoy, estimado P. Trombini, le pido unos minutos de su vida consagrada para responderme, si existe un diccionario de Santo Tomàs de Aquino, con tèrminos cuya acepciòn sustantivo, estè disponible sin la inùtil erudicciòn de cientos de acepciones de uso vulgar, para quien camina, sediento de sentido metafìsico, gnoseològico, lògico, etc. para comprender macizamente los problemas intrìnsecos que debe entender, quien desea ver los principios del sentido de ser en el orden natural y en el orden sobrenatural, y recibir la gracia del Señor de orar en El, mis convicciones de bebito con sana voluntad en “camino, la verdad y la vida”hecha persona humano-divina. Un abrazo en la Caridad y el empeño. RicardoDFerrero desde Argentina.-