Contra los detractores de la Vida Religiosa

(Contra impugnantes Dei cultum et religionem, texto español según edición B.A.C. Maior, Madrid 2007).

INTRODUCCIÓN

PRÓLOGO: Intención del autor

CAPÍTULO 1: Qué es religión y en qué consiste la perfección de la vida religiosa

CAPÍTULO 2: A un religioso, ¿le es lícito enseñar?

CAPÍTULO 3: Un religioso, ¿puede lícitamente pertenecer al Claustro de los seculares?

CAPÍTULO 4: Al religioso, ¿le está permitido predicar y oír confesiones?

CAPÍTULO 5: Los religiosos, ¿están obligados al trabajo manual?

CAPÍTULO 6: Los religiosos, ¿pueden desprenderse de todo y no poseer nada ni personal ni comunitariamente?

CAPÍTULO 7: Los religiosos, ¿pueden vivir de limosnas, sobre todo de las recibidas mendigando?

CAPÍTULO 8: Censuras que hacen contra los religiosos por la sencillez del hábito que llevan

CAPÍTULO 9: Impugnación contra los religiosos porque, en la práctica de la caridad para con el prójimo, se ocupan de los asuntos de los demás

CAPÍTULO 10: La itinerancia de los religiosos

CAPÍTULO 11: Censuras contra los religiosos por dedicarse al estudio

CAPÍTULO 12: Censuras contra los religiosos por predicar con atrayente belleza

CAPÍTULO 13: Acerca de que los religiosos hacen recomendación de sí mismos o de su religión

CAPÍTULO 14: Sobre la resistencia de los religiosos a quienes los denigran

CAPÍTULO 15: Contra los religiosos que pleitean

CAPÍTULO 16: Contra los religiosos por intentar que sus enemigos sean castigados

CAPÍTULO 17: Los religiosos son censurados por el deseo de agradar a los hombres

CAPÍTULO 18: Contra la alegría de los religiosos por lo que Dios hace por su medio

CAPÍTULO 19: Contra los religiosos que frecuentan la corte de reyes y de poderosos

CAPÍTULO 20: Difamación de los religiosos exagerando lo malo

CAPÍTULO 21: Difamar a los religiosos dando lo dudoso por cierto

CAPÍTULO 22: Difamación de los religiosos ante todo llamándolos falsos apóstoles

CAPÍTULO 23: Calumnias a los religiosos como lobos, ladrones, depredadores de casas

CAPÍTULO 24: Dicen que los tiempos del anticristo están amenazando

CAPÍTULO 25: Difunden que los mensajeros del anticristo son principalmente los religiosos que predican

CAPÍTULO 26: Deforman y hacen sospechosas las obras buenas de los religiosos

EPÍLOGO

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