CAPÍTULO LXXXVIII
Razones para probar que el alma humana procede del semen
Hay algunas razones que parecen oponerse a lo anterior. En efecto:
1. Como el hombre es animal porque tiene alma sensitiva, y el concepto “animal” conviene unívocamente al hombre como al resto de los animales, parece que el alma sensitiva del hombre ha de ser del mismo género que las almas de los otros animales. Mas los que tienen el mismo género tienen idéntica manera de llegar a ser. Luego el alma sensitiva humana, como la de los otros animales, procede de la virtud contenida en el semen. Y como el alma intelectiva y la sensitiva en el hombre son idénticas substancialmente, como ya se demostró (c. 58), parece, pues, que el alma intelectiva proceda de la virtud seminal.
2.a Además, como enseña Aristóteles en el libro “Sobre la generación de los animales”, el feto animal antecede temporalmente al hombre. Mas cuando todavía es animal y no hombre, tiene alma sensitiva, mas no intelectiva; y nadie duda de que la sensitiva es producida por la virtud activa del semen, al igual que la de los animales. Pero tal alma sensitiva está, en potencia para hacerse intelectiva, como el tal animal está en potencia también para ser animal racional, a no ser, tal vez, que se dijera que el alma intelectiva que sobrevendrá, es otra substancialmente, cosa rechazada anteriormente (c. 58). Luego parece que el alma intelectiva procede substancialmente de la virtud que hay en el semen.
3. El alma, como es la forma del cuerpo, únese a él esencialmente. Mas las cosas que tienen unidad de ser son el resultado o término de la acción de un solo agente, pues si hubiera diversos agentes y, en correspondencia, diversas acciones, no serían una, sino diversas cosas en cuanto al ser. Luego es necesario que el ser uno del alma y del cuerpo sea el término de la única acción de un solo agente. Y como consta que el cuerpo es hecho por la acción de la virtud contenida en el semen, síguese, pues, que el alma, que es forma del cuerpo, es producto de esa misma acción y no de un agente separado.
4. El hombre engendra un semejante a sí dentro de la especie por la virtud que hay en el semen separado. Mas todo agente unívoco engendra c a su semejante en la especie porque causa la forma del engendrado, de la r cual deriva la especie. Luego el alma humana, por la que el hombre recibe S la especie, es producida por la virtud contenida en el semen.
5. Tal es el argumento de Apolinar: Quien completa la obra, coopera con el agente. Si, pues, Dios crea las almas, completa la generación de los niños, nacidos a veces de padres adúlteros, cooperando con los tales. Y esto parécele un inconveniente.
6. En el libro “Sobre la creación del hombre”, atribuido a Gregorio Niseno, se encuentran algunas razones para probar esto. La argumentación es: Del alma y del cuerpo resulta un ser único, que es el hombre. Si, pues, es hecha el alma antes que el cuerpo, o el cuerpo antes que el alma, antes y después tendremos idéntico resultado, lo cual es imposible. Luego el cuerpo y el alma son hechos simultáneamente. Pero el cuerpo comienza a hacerse por separación de una porción seminal. Luego por la misma se produce el alma.
7.. La operación del agente que no produce toda la cosa en el ser, sino sólo una parte de la misma, parece ser imperfecta. Luego, si Dios produce el alma, y el cuerpo se forma por la virtud seminal, siendo los dos partes del hombre, ambas operaciones, o sea la de Dios y la de la virtud seminal, parece que serían imperfectas. Inconveniencia manifiesta. Luego el cuerpo y el alma del hombre son producidos por una sola causa. Consta que el cuerpo lo es por virtud seminal. Luego también el alma.
8. En los seres producidos por generación seminal, todas las partes de la cosa engendrada se encuentran simultáneamente en la virtud seminal, aunque actualmente no aparezcan: “Vemos en el trigo, como en cualquier otra semilla, que la hierba, la caña, los internodios, el fruto, las aristas, están virtualmente contenidos en el grano, y que después, al tender éste a su perfecto desarrollo, van apareciendo, sin recibir nada extrínseco” (ibíd.), Y consta que el alma es una parte del hombre. Luego en la virtud seminal del hombre está contenida el alma humana y no tiene su origen en ninguna causa externa.
9. Donde hay identidad de proceso y de término ha de haber también identidad de principio de origen. Mas en la generación del hombre son idénticos el proceso y el término del cuerpo y del alma; porque, al par que va apareciendo la cantidad y figura de los miembros, se van manifestando más y más las operaciones del alma; porque primeramente aparece la operación del alma nutritiva, después la operación del alma sensitiva, y, por fin, terminado el cuerpo, la operación del alma intelectiva (ibíd.). Luego cuerpo y alma tienen idéntico principio. Es así que el cuerpo tiene por principio original una porción de semen. Luego tal será también el principio del alma.
10. Lo que se configura con algo recibe de ello tal configuración: la cera, por ejemplo, al configurarse con el sello, recibe tal forma por la impresión de aquél. Mas consta que el cuerpo humano, como el de cualquier animal, configúrase a su propia alma, pues las disposiciones orgánicas son tales cuales convienen a las operaciones que el alma ha de realizar mediante los órganos. Luego el cuerpo se forma por la acción del alma. Por eso dice Aristóteles en el II “Sobre el alma@ que “ésta es la causa eficiente del cuerpo”. Y esto no fuera así si el alma no estuviese en el semen, porque el cuerpo se constituye por la virtud seminal. Luego el alma humana está en el semen humano, tomando su origen de la porción de semen.
11. Nada vive sino por el alma. Pero el semen es vivo. Evidéncianlo tres razones: primera, porque se separa de un ser viviente; segunda, porque en el semen hay calor vital y operaciones vitales, indicios de cosa viviente; tercera, porque las semillas de las plantas puestas en tierra, si no tuvieran la vida en sí, no podrían entrar en calor para vivir tomándolo de la tierra, que es exánime. Luego el alma está en el semen. Y en la porción seminal tiene su origen.
12. Si el alma no existe antes que el cuerpo, como se demostró (c. 83), ni comienza a existir con la porción seminal, seguiríase que primero se formaría el cuerpo y después, por nueva creación, se le infundiría el alma. Mas, si esto es verdadero, síguese además que el alma es para el cuerpo, pues lo que es para otro es posterior a él, como los vestidos se hacen para el hombre. Pero esto es falso, porque principalmente el cuerpo es para el alma, ya que el fin siempre es más noble. Luego deberá decirse que el alma aparece simultáneamente con la porción del semen.
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