CAPÍTULO LXVIII
Solución de la autoridad alegada
Resueltas ya estas dificultades, vemos que cuanto enseña la tradición eclesiástica sobre el sacramento del altar no implica imposibilidad alguna por parte de Dios, que es todopoderoso (cf. c. 63, princ.).
Igualmente, tampoco son contra la tradición de la Iglesia las palabras dichas por el Señor a sus discípulos, que parecían escandalizarse de esta doctrina: “Las palabras que yo os he dicho son espíritu y vida”. Pues por esto no dio a entender que su verdadera carne no era entregada a los fieles en este sacramento para comerla, sino que no se les daba carnalmente, o sea, para que la comieran en su propia especie y destrozada, igual que los otros alimentos de carne; quiso decir que se toma de una manera espiritual y no como acostumbramos a comer los alimentos de carne.
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